Masa Corporal
Todo empezó de la manera más previsible. Ese cheescake que un día le cocinó a Carlos. Y la frase “resistir comiendo cheesecake” que le pareció cómica pero que terminó reflejando el espíritu de su resistencia. Lo que no dijo esos meses, lo comió. Almorzó, cenó, desayunó y merendó diciendo en cada bocado lo que las palabras y la voz le habían arrebatado de los labios. Se premió con cada chocolate, cada plato de pastas, cada trozo de pan. Se castigó con suculentas calorías y sin darse cuenta esa resistencia se empezó a reflejar en su cuerpo que adquiría proporciones más grandes, más inmensas. Mientras el vientre se extendía más allá de su pera, sus pechos, su cola, sus piernas, todo, fue aumentando de tamaño. Refugiada en sus kilos demás logró concretar la venta de su casa, la compra de su nuevo hogar y transitar con su hermano el proceso de su enfermedad y su muerte. No se miraba demasiado al espejo, no era agradable verse el mentón, la papada, la cara hinchada y los ojos –siem...