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El abrazo
The kiss Gustav Klimt De repente lo vi. Estaba allí frente a mí sentado en una mesa leyendo. Era él. Creo que el también me reconoció porque sostuvo mi mirada y me sonrió. Yo bajé mis ojos con una timidez ancestral e invencible. Quería mirarlo y sonreírle, sostener su mirada, acercarme a él. Me levanté despacio, caminé hacia su lugar. Me incliné y mirando sus labios, lo besé. El se quedó inmóvil, dejándose besar y sentí como por debajo de sus labios se dibujaba una sonrisa cómplice que trasladó a mi boca. Entonces riéndonos ambos nos separamos y nos quedamos muy cerca, nos miramos fijamente mientras el se ponía de pie y me abrazaba, primero lentamente luego cada vez con mayor firmeza. Yo sentí la vieja debilidad de mi sangre y mis músculos y no pude más que rendirme, sabiendo que esa claudicación era la última y de...
Extralimitaciones
El jean era un Levis azul 501, talle 42. Tenía el corte perfecto, el precio justo y la vendedora que me lo mostraba sonreía alentándome a que me lo probara. Entré al vestidor. Calcé una pierna, después otra. Y no. Lo sabía. A la altura de las caderas el pantalón se atascó y no subió más. Suspiré y me resigné a lo innegable. Siempre conocí mis límites. Son muchos. Demasiados para mis años. Solía pensar que la muerte me presentaría un día el más inevitable de todos ellos, el más difícil de aceptar. -¿Cómo te fue esta semana Sole?- La coordinadora esperó que mostrara mi curva de descenso, curva que en este caso era ascenso, y contara acerca de mi último asalto al kiosko. El grupo me aconsejó y prometí mejores resultados para la próxima reunión. A la salida Matías me esperaba con una barrita de cereales y una coca cero. Le agradecí, guardé la barrita en mi cartera y emprendí con la coca. Tengo límites de todo tipo. Al sur, la pasión que descansa ignorando mi existencia. Al norte, la...
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