A
Olga Aisenberg por la inspiración
Yo no se que deseos tendrá mi gata cuando mística,
silenciosa
remota me observa.
Yo no se que anhelos guiarán su alma misteriosa
cuando se arquea y se arrastra con lascivia.
Será que caza en ese bosque imaginario
las presas de su olfato refinado.
Será que sueña en su sueño sin orillas
que es tigre, león, pez volador, monte nevado.
Yo no sé que deseos tendrá mi gata
que vidas vivió, que paisajes y que nombres
que dueños, que amos, que otros hogares
la acunaron y mimaron en otro tiempo.
Quizás fue Cleopatra o los ojos de mi madre muerta.
Mis ansias maternales, mi vientre yermo.
Toda la alegría, un sol cotidiano, el jardín que no tengo
que detrás de cada puerta que abro me espera
atenta, fiel y precisa como la vida misma.
Junio de 2013
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